Palencia Antiqva
Conservado actualmente en el castillo de Chantilly, el manuscrito del Santo Sepulcro de Jerusalén (s. XII), cuyos cantos se presentan en este programa, es uno de los pocos manuscritos litúrgicos vinculados a los templarios que se conservan. Se trata de un breviario con notación que corresponde a los comienzos de la notación cuadrada en los medios musicales parisinos y en el que se recogen todas las sutilezas vocales del canto. Los templarios, cuya primera función era defender los lugares santos, tomaron como modelo para la liturgia la de los canónigos del Santo Sepulcro. A través de esta música, que a veces suena de una manera dura, como tallada en la roca, se transparenta toda la fe de estos monjes-soldados que, a través de sus cantos, procuraban exaltar la majestad divina.